La Argentina se emputece nuevamente,
solo que esta vez, el emputecimiento se explica en el resentimiento que ciertas
reformas generaron en los sectores mejor acomodados que son. El resentimiento tiene causas
profundas y de larga duración que no pretendemos explorar en este número. Por
el contrario nos interesa demorarnos en el clima
de época que puede resumirse en una sola palabra la “conchuda”. La coyuntura se crispó otra vez a fuerza de
falta de imaginación y prepotencia política. Quilombificar es
la tarea.