¡Los monos vienen
llegando! Estamos parafraseando a Luca Prodan que a su vez citaba de memoria
una canción popular de los 50, “Deben ser los gorilas”. ¡Gorilas! Una palabra
que viene de lejos, trasmitida de generación en generación. Una palabra que
seguimos empuñando para nombrar al otro golpista, a todos aquellos que, en
nombre de la libertad y la república, sacrificaron vidas de conciudadanos y
clausuraron la política para las mayorías. Una palabra que guardamos para
mantenernos en guardia, recordarnos que siguen ahí, escondidos, agazapados
esperando su turno para ponerse a gritar otra vez, a machacar, enquilombar.
Hoy como ayer, el
clima destituyente lo reconocemos apenas encendemos la televisión o la radio.
Con el paso del tiempo aprendimos que hay muchas formas de golpear, una de
ellas a través de la censura previa gestionada cotidianamente por el
“periodismo independiente” y por la agenda de malestar social que marca la
realidad con un troquelado cínico. Este número está dedicado a los nuevos
profetas del odio.